Megaproyectos de infraestructura y comunicaciones en América Latina

En plena catástrofe ambiental, el Tren Maya va!

En un territorio que alberga la mancha selvática más grande de América del Norte y el segundo acuífero subterráneo del país; que recibió el impacto del meteorito que terminó con los dinosaurios, formó un anillo de alrededor de 900 cenotes y dejó impregnada información sobre la historia material y orgánica de la vida en el planeta, se quiere implementar el Proyecto de desarrollo integral Tren Maya

El Tren Maya y el rompecabezas del Sureste

Con el anuncio del Tren Maya procesos que ya empezaban a ser muy preocupantes para la vida de las poblaciones de la península se han incrementado. Con su posible construcción seguramente se provocará una enorme tensión y los daños actuales, que todavía podrían ser remediados, llegarán a catastróficos niveles de irreversibilidad. Todo esto ocurre justo en este momento en que el cambio climático amenaza a la península, la cual ha perdido buena parte de sus arrecifes y manglares, y ha quedado desprotegida ante eventos naturales como los que este cambio está provocando.

Observaciones del OLAG a la Manifestación de Impacto Ambiental del proyectoTren Maya Fase 1

 

Con el propósito de contribuir al cuidado de nuestras valiosísimas riquezas ambientales, sociales y culturales en una región del país históricamente habitada por algunas de las grandes civilizaciones precolombinas, las observaciones que aportamos están fundamentadas en investigaciones propias o de reconocidos estudiosos sobre la región y sobre el proyecto Tren Maya, y responden a la revisión cuidadosa del documento de Manifestación de Impacto Ambiental presentado por FONATUR.

 

Panamá en Tehuantepec. Colonización ferroviaria del sureste de México

Después de Panamá, el istmo más interesante para la construcción de un canal es el del sureste de México, en Tehuantepec, ahí donde la tierra da vuelta. Ubicado dentro del territorio norteamenricano, dentro del pretendido homeland que extiende hipotéticamente sus fronteras hasta colindar con Guatemala y Belice, el istmo de Tehuantepec, con 200 km de longitud, se ofrece como vía de comunicación ideal entre los dos grandes océanos, al abrigo y cuidado de los poderes del norte que, como en Panamá o más aún, se preocuparán por mantener la seguridad de ese valioso eslabón del mercado mundial.