Seminario Cúal es el futuro del capitalismo - 2

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Seminario de reflexión ¿Cuál es el futuro del capitalismo? Primera parte

Primera parte - ¿Cómo se sostiene el capitalismo?

Segunda parte - Debate

Relatoría

El lunes 15 de octubre se realizó la primera sesión del seminario internacional ¿Cuál es el futuro del capitalismo? La mesa de exposiciones fue abierta por Raúl Ornelas, quién leyó la pregunta que tenía que ser respondida por los seis participantes: ¿Cómo se sostiene el capitalismo a pesar de sus profundas contradicciones?

Armando Bartra comenzó diciendo que el sistema se sostiene gracias al trabajo no asalariado de los campesinos y de las mujeres. La mediación del trabajo doméstico, artesanal y campesino es el combustible del capitalismo en el contexto de “ahorro” neoliberal. Así, el trabajo productivo y reproductivo no asalariado, que se transforma en un trabajo social doméstico, permite la creación de plusvalía que sigue alimentando al sistema. En esa perspectiva, se dibuja la necesidad de una violencia extensa para someter tanto al trabajo asalariado como al no asalariado; de ahí también la importancia de las luchas de mujeres y de campesinos.

Por su parte, Margara Millán consideró que el futuro del capitalismo es la barbarie. La crisis civilizatoria aún no es sentido común: vivimos la denegación de la urgencia. Destacó que el capitalismo se “sostiene del aún no despertar”, de la naturalización de las contradicciones, de la automatización de los procesos productivos y de las necesidades creadas; la guerra y la violencia también son elementos esenciales: el capitalismo se mantiene hoy por la fuerza. El sistema se reproduce porque no hemos logrado salir del mandato de la economía, por la indiferencia, la desvinculación del saber-poder y porque los sujetos están fragmentados. Hay que tener en cuenta la debilidad de nuestras acciones contra la alienación capitalista y levantar una crítica a la vida que vivimos. El desafío es la creación de un ethos comunitario poscapitalista.

Para Gonzalo Fernández, vivimos la convergencia de la sobreacumulación y el colapso ecológico. Describió algunos rasgos del proyecto del capitalismo del siglo XXI: financiarización, despojo, progreso tecnológico en lo económico; en lo político, desmantelamiento de las instancias democráticas y el recurso permanente a la violencia; cambios en el patrón del poder en que se bloquea casi totalmente la movilidad social; hay grandes dificultades para formular alternativas. Mencionó que estamos en un interregno capitalista en el que la acumulación de capital no es satisfactoria para los capitalistas. Sin embargo, ésta es suficiente para mantener al sistema. El capitalismo se sostiene gracias a que no ha permitido que haya espacios de relaciones sociales fuera del mercado, a que ha desestructurado lo común, a la agudización de la violencia estructural y al fomento de las guerras entre los pobres.

Siguiendo con el orden de las presentaciones, Ana Esther Ceceña propuso caracterizar la guerra como forma de gobierno: papel de las ganancias “ilícitas”; transición a otros tipos de producción, consumo y formas de vida; privatización de lo público; y la irrelevancia de la legitimación. Analizó las estrategias de reproducción de capitalismo contemporáneo. Señaló que el capitalismo se sostiene tanto por la utilización de la fuerza como por la fascinación, por la modificación de los modos de vida y la construcción de nuevas narrativas, por la militarización territorial y del pensamiento, por la negación del otro, por el avasallamiento, la simultaneidad que se logra con el desarrollo tecnológico y por el carácter evanescente del sujeto hegemónico, que ataca y desaparece de manera extremadamente rápida.

Gustavo Esteva mencionó que el capitalismo ya ha muerto porque ya no puede reproducirse por sus propios medios, y con el muere el estado-nación. Sin embargo, el fin del capitalismo no fue una buena noticia. De hecho, las sociedades han devenido autófagas y su modo de producción es el despojo; están inclinadas al fascismo: generalmente exaltan el patriotismo y el racismo. En ese sentido, no vamos hacia la barbarie sino que ya estamos en la barbarie. Esteva también dijo que en este mundo nadie está a cargo de la barbarie y que nuestra mentalidad es de sobrevivientes; es decir, no nos importa que los demás estén mal mientras tengamos algunos beneficios.

Finalmente, Silvia Federici situó a las luchas feministas como el mirador para abordar la discusión. Argumentó que el capitalismo incorporó a la barbarie desde sus orígenes y que este sistema se sostiene por el trabajo de reproducción -el cual no se puede mecanizar-, por la destrucción de las formas de solidaridad, por las desigualdades que promueve, por la destrucción de la comunidad y la separación de quienes producen y quienes consumen. Llamó la atención sobre las nuevas formas de sobrexplotación a partir del desarraigo, de lo que se deriva la importancia axial de las expulsiones y las migraciones. El capitalismo se mantiene porque siempre divide.

De la sesión de debate libre, destacamos algunas de las principales cuestiones puestas en discusión:

Millán dijo que tendríamos que unir lo desunido a través de un trabajo intelectual y moral. Además mencionó que todos somos parte de la crisis y que debemos cuestionarnos hasta dónde estamos dispuestos a salir del confort.

Esteva señaló que el crédito de los años noventa intentó darle más vida al sistema, pero que éste ya no tiene la capacidad de reproducirse. También afirmó que ahora creemos que lo peor es dejar de ser explotados por el sistema, por lo que tenemos que crear comunidad, disolver el centro del sistema para comunicar, generar proyectos sociales alternativos y terminar con el trabajo.

Ceceña hizo énfasis en que necesitamos una narrativa que se oponga al poder y cuestionó la idea de que la comunidad será suficiente para superar el sistema. Asimismo, mencionó que es importante analizar la manera en la que la producción del sector ilegal se está capitalizando.

Por su parte, Bartra apuntó que el capitalismo no puede absorber toda la reproducción social y que es fundamental la rebelión de los que se encargan de la reproducción del sistema: las mujeres y los campesinos. También dijo que el arraigo genera resistencia y que para luchar se necesita un pasado profundo, una memoria que reivindicar, un presente organizado, y un futuro proyectado.

Fernández consideró que debemos pensar en qué haremos después, porque la disputa en curso entre los imaginarios apunta hacia la catástrofe.

Federici agregó que hay espacios que permiten que el capitalismo se siga reproduciendo como China, India y Vietnam. Asimismo, resaltó que las luchas deben generar nuevas formas de autonomía. Además, tanto Esteva como Federici coincidieron en que la democracia no puede desvincularse de la desigualdad, del clasismo, el sexismo, el racismo y la violencia.

Invitamos a consultar y difundir las grabaciones de estas reflexiones que, esperamos, ayuden al entendimiento de nuestros tiempos convulsos.

Adriana Franco y Raúl Ornelas

Tipo de contenido geopolítica