La guerra contra la historia: Conversación con Daniel Inclán
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En la crisis financiera de 2008, la banca salió triunfadora por triple partida: se quedó con los recursos de fondos de pensiones y ahorro, recibió un rescate con fondos públicos y logró concentrar sus actividades en un número reducido de bancos.
El historiador mexicano Daniel Inclán, docente en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM e integrante del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, señala con este ejemplo de concentración del capital una manifestación más de lo que él identifica como “una guerra sin estados, una guerra contra la historia”.
En esta aplanadora y ubicua guerra se produce el exterminio simbólico y real de personas y relaciones sociales. La combinación letal de la lógica del presentismo y la estetización del mundo, en la que “consumimos efectos en lugar de procesos”, nos convierte a su entender en meros espectadores de nuestra propia catástrofe y nos impide reconocer una historicidad distinta a la nuestra y, con ello, la posibilidad de imaginar presentes que contradigan las formas homogéneas vigentes. Daniel propone afrontar las cárceles del pensamiento liberal con una política de la mesura que busque el entendimiento en el desacuerdo y otras formas de habitar el tiempo.